La soberbia espiritual es creer que se sabe todo, que se tiene control de todo.
La Carne usa la soberbia para hacer de la espiritualidad un camino para enaltecer el ego.
La persona carnal cree crecer. Mantiene sus convicciones como propias y verdaderas.
La Carne enceguece a la persona al punto que no le interesa lo que Dios desea de él. Cree que lo que le pide a _*" su dios"*_, al dios que él generó para sí mismo, se le tiene que conceder.
Sólo el Espíritu Santo te puede ayudar a mantener lejos la Carne de tus acciones.
Tristemente lo escrito en la Palabra para los últimos tiempos, tiene que ver con la soberbia personal. Pues se impone el mandato discriminatorio.
Surgen numerosas personas que se erigen como la nueva sabiduría en un mundo en donde esta escasea.Los falsos profetas motivados por su fe pero engañados por su propia soberbia crean conocimientos nuevos, filosofías e ideologías nuevas pero muy dañinas.
La Carne los conduce a confiar en su propio saber, se hacen jueces de los demás y huyen de la Verdad del Señor.
Se les reconoce porque no ven sus propios defectos. Para ellos es más fácil orientar a otros que orientar su propia vida. Ven la paja en el ojo de los demás y no la viga en el de ellos.
Desean ser adorados, reconocidos, exaltados, nombrados, estar en todo. Son los dioses nuevos, los dioses de las redes.
Desean ser vanogloriados por los demás y si esto no sucede, se enfadan. Hacen creer que lo conocen todo.
La realidad es que la Carne los insta a alimentar el ego, así sea dominando a los demás. La Carne goza de pisotear a los demás. No le gusta compartir, por ello vuelve a la persona un ser egocéntrico.
La frontera entre la falsa y verdadera espiritualidad... es el desapego al Ego y sus atributos. La verdadera espiritualidad busca someter la Carne a través del Espíritu Santo.
Te invito a ir al desierto a orar mientras hay tiempo. Busca ser forjado por el Señor en la humildad.
Pido a Dios que así sea contigo
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