posesiones desde el vientre de la madre

 

Es difícil de entender. Sin embargo es una realidad. Entre las víctimas del diablo se encuentran muchos niños. Son inocentes. No tienen culpa. Pero es también de su cuerpo del que el diablo trata de posesionarse. Y a menudo lo logra.


A veces las posesiones comienzan cuando se encuentran todavía en el vientre de su madre. Es terrible, pero así es. Sucede que un mago o un hechicero hacen un maleficio a una mujer con la intención de golpear también al niño que lleva en su seno. Y, desgraciadamente, a veces funciona. De manera inexplicable, el maleficio prospera. Es evidente que es algo que Dios permite. Porque es un misterio. Pero acontece que Dios deja que el diablo se desencadene y ataque a los más inocentes de los seres humanos, precisamente los niños. Y así pasa que desde su nacimiento un niño esté poseído. Las señales son claras de inmediato. Si se lleva al niño a la iglesia, comienza a llorar y a agitarse sin motivo. Lo mismo cuando los padres rezan en casa. Cuando crece, estos fenómenos se hacen más fuertes. Pero de inmediato es posible observarlos.

Por eso aconsejo siempre a los padres que bauticen a sus hijos apenas nazcan. Que no dejen pasar mucho tiempo. El bautismo es un exorcismo poderoso. El bautismo expulsa al diablo. El diablo teme al bautismo. No es una casualidad, en efecto, que entre los poseídos del mundo la mayor parte sea gente no bautizada. Es sobre todo con los no bautizados con quienes al diablo le es más fácil actuar.

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