los que se casan y no invitan à su boda à cristo , como los de Canà, por eso invitan à ella los demonios; y que en pena de esta culpa, les permite Dios que influyen después en los casados iras, celos, pobreza, odios, y fertilidad, ô para que no tengan hijos, ó hijos tienen, para que salgan inútiles, impedidos, cojos, ô mancos, ô traviesos . El de la Soberbia, por él para vestirlos de galas, les hace creer que están por encima de los demás y que por ego en lugar de cristo asiste Leviatán, que es el regente de este vicio.
demostración de la concurrencia
de todos los demás pecados uno por uno . Eso dice el Santo de las bodas de
trescientos años, que fue cuando escribió que diría de las de ahora, en que ha
crecido trescientos grados de altura la vanidad? En qué punto están estas
bodas, que como reparo un doctor, daría nota el ver en una de ellas.
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