La beata Marina de San Miguel, de acuerdo con una visión que tuvo, describió a las almas purgantes de la siguiente manera:
En el cual
vio ésta [a] mucha gente en pie, a manera de cuerpos humanos (porque Dios
muestra las cosas conforme a la capacidad del hombre para que se puedan
entender) y unos de los dichos cuerpos estaban metidos dentro del fuego que
allí había, que los sobrepujaba, y otros que estaban dentro de unas hoyas como
a manera de pozos, que estaban llenos de una cosa negra que parecía pez
hirviendo y unos estaban metidos hasta la cintura y otros hasta los pechos, y a
otros no se les veía más que la coronilla. Y [a] otros vio en un lago de agua
que hervía a borbollones de la misma manera y que tenía mucha paz y quietud. Y
lo que más le espantó fue que no ocupaban lugar, lo cual no sabe dar a
entender. 8
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