Dios misericordioso, Dios clemente, Dios que por vuestra gran misericordia borráis los pecados delos penitentes y perdonáis las culpas de los delitos pasados, mirad con benignidad a este vuestros siervo (o sierva) N. y oíd sus súplicas, con las cuales, confesándoos de todo corazón, os pide, el perdón de todos sus pecados. Renovad en él (o ella), Padre piadosísimo, todo lo que esté corrompido por terrena fragilidad o todo lo que esté violado por engaño diabólico; y como miembro que es de vuestra redención, juntadlo con el cuerpo de vuestra Iglesia. Señor, tened piedad de sus gemidos, tened misericordia de sus lágrimas; y como no tiene más confianza que en vuestra misericordia, admitidlo en vuestra Santa reconciliación. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
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