LA SERENIDAD INTERIOR

Junto con el conocimiento de sí mismo, Tauler habla de otra ayuda para superar al Demonio del Mediodía: la serenidad. No pensemos en una serenidad y paz estoica que no se dejaría conmover por nada, sino que se refiere a la capacidad de dominarse a sí mismo. Serenidad es lo que la Sagrada Escritura llama abnegación, esto es, la tarea de entregar la propia voluntad de Dios. Escuchémoslo a Tauler, que nos dice: “Permanece solo contigo mismo y no corras a lo exterior, sufre y no busques otra cosa. Algunos hombres buscan otra cosa cuando están en esta pobreza interior y buscan siempre algo distinto para evitar así la exigencia. También se quejan y preguntan a maestros y cada vez quedan más confusos. 
Párate, sin dudar nada. Después de las tinieblas viene la luz del día, el amanecer del sol”1

Comentarios