San Bernardo llama a María: Camino real para hallar al salvador y la salvación. Si es cierto, pues, ¡oh, Reina!, que sois, como el mismo Santo dice, quien conduce nuestras almas a Dios, no esperéis que yo a Dios me dirija si no me lleváis en vuestros brazos. Llavadme, llevadme; si resistiere, llevadme a la fuerza. Con los dulces atractivos de vuestra caridad, obligad cuanto podáis a mi alma, a mi rebelde voluntad, para que deje las criaturas, y busque sólo a Dios y su voluntad santísima.
Mostrad al Paraíso cuán poderosa sois. Mostrad, entre tantos prodigios, esta otra maravilla de vuestra misericordia, uniendo enteramente con Dios a quien tan lejos de Dios estaba.
Oh, María, podéis hacerme santo; de Vos lo espero!.
Comentarios
Publicar un comentario