La costumbre de visitar los cementerios el día de difuntos es una
buena oportunidad para orar por ellos y afirmar nuestra fe en la resurrección.
Proponemos para esta ocasión la siguiente celebración.
A/.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. T/.
Amén.
A/. Bendigamos al Señor que, por la resurrección de su
Hijo, nos ha hecho nacer a una esperanza vivaT/.
Bendito seas por siempre, Señor.
A/. Hermanos: Todos tenemos familiares y
amigos que han
los buenos ejemplos que nuestros familiares
nos dejaron en su vida. Comencemos reconociendo nuestros pecados ante el Señor (momentos de silencio).
! Tú que
resucitaste a Lázaro del sepulcro, SEÑOR, TEN PIEDAD.
! Tú que has
vencido la muerte y has resucitado, CRISTO, TEN PIEDAD.
! Tú que nos has
prometido una vida eterna contigo, SEÑOR, TEN PIEDAD.
A/. El Señor todopoderoso tenga
misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. T/:
Amén.
L/. Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Romanos (6, 3-4. 8-9).
“Hermanos: Los que por el bautismo nos
incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos
sepultados con él en la muerte para que, así como Cristo fue resucitado de
entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una
vida nueva... Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también
viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los
muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él”. Palabra de
Dios. T/. Te alabamos, Señor.
A/. Hermanos: Invoquemos con fe a Dios
Padre todopoderoso que resucitó de entre los muertos a su Hijo Jesucristo para
la salvación de todos.
!
Para que afiance al pueblo cristiano en la fe, la
esperanza y el amor, roguemos al Señor.
Todos:
TE LO PEDIMOS, SEÑOR.
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