si por la Sagrada Comunión tenemos la dicha de recibir todos esos dones, debemos poner de nuestra parte todo lo posible para hacernos dignos de ellos; lo cual vamos a ver ahora de una manera muy clara. Si pregunto a un niño cuales son las disposiciones necesarias para comulgar bien, esto es, para recibir dignamente el Cuerpo adorable y la Sangre preciosa de Jesucristo, a fin de que con el sacramento recibamos también las gracias que se conceden a los que se hallan en buenas disposiciones, me contestará: «Hay dos clases de disposiciones, unas que se refieren al alma y otras que se refieren al Cuerpo». Cómo Jesús viene al mismo tiempo a nuestro Cuerpo y a nuestra alma, hemos de procurar que uno y otra aparezcan dignos de un tal favor.
1.° Digo que la primera disposición es la que se refiere al cuerpo, o sea, estar en ayunas, no haber comido ni bebido nada, a partir de la medianoche. Si estáis en duda de si era o no medianoche cuando comisteis, tendréis que aplazar la Comunión para otro día (La opinión corriente entre los autores es, que únicamente la infracción cierta del ayuno natural obliga bajo pecado a abstenerse de la Sagrada Comunión (Nota del Trad.). A partir de la nueva discipline, el agua natural no rompe el ayuno eucarístico.). Algunos se acercan a comulgar con esta duda; una tal conducta os expone a cometer un gran pecado, o a lo menos, a no sacar fruto alguno de vuestra Comunión, lo cual es siempre lamentable, sobre todo si fuese el ultimo día del tiempo pascual, de un jubileo o de una gran festividad; así pues debéis absteneros de ello, cualquiera que sea el pretexto. Hay mujeres que, antes de comulgar, no tienen reparo en probar la comida que han de dar a sus pequeñuelos, tomándola en la boca y soltándola en seguida, creyendo que así no quebrantan el ayuno. Desconfiad de este proceder, ya que es muy difícil practicar esto sin que deje de descender algo cuello abajo.
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