Al Señor le imploro a grandes voces, al Señor le suplico a grandes voces.
En su presencia explayo mi lamento y ante Él relato mi aflicción.
Cuando en mí desfallece mi espíritu, pero Tú, ¿no conoces mi sendero? En el camino por donde pasaba ocultaron una trampa.
Dirige a la derecha tu mirada y ve cómo ninguno me conoce. Lejos de mí está cualquier refugio, nadie se preocupa de mi vida.
¡A Ti clamo, Señor, a Ti Te digo: "Tú eres mi esperanza, mi parte en la tierra de los que viven!"
Atiende a mi clamor porque estoy muy decaído. Ponme a salvo de mis perseguidores, que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión para que dé gracias a tu nombre.
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