María intercede a nivel de Madre de Dios

 


“Cuando manda la Virgen todos obedecen, hasta el mismo Dios”. No tiene reparo en afirmar esto san Bernardino de Siena, queriendo decir con esta sentencia que ante las órdenes de María todos obedecen, incluso Dios. Queriendo decir en verdad que Dios escucha sus plegarias como si fueran órdenes. Por eso san Anselmo, hablando con María, le dice así: “El Señor, oh Virgen santa, te ha elevado de manera que por puro don de él tú puedes obtener todas las gracias posibles para tus devotos, ya que tu protección es omnipotente”. “Tu auxilio es todopoderoso, oh María”, le dice Cosme de Jerusalén. “Sí, María es omnipotente –dice a su vez Ricardo de San Lorenzo–, porque toda reina según las leyes, goza de los mismos privilegios que el rey; por lo cual, siendo la misma potestad la del hijo y la de la madre, ha sido hecha omnipotente la Madre por el Hijo que es omnipotente”. De modo que, al decir de san Antonino, Dios ha puesto la Iglesia entera no sólo bajo la protección de María, sino bajo su dominio.

Debiendo tener la madre la misma potestad del hijo, con razón porque es omnipotente Jesús, resulta que también es omnipotente María; pero dejando bien claro que Jesucristo es omnipotente por naturaleza y María lo es por gracia. Y así sucede que cuando le pide la Madre, nada le niega el Hijo. Así se le reveló a santa Brígida, quien oyó a Jesús que hablando con María le decía: “Pídeme lo que quieras, que tu petición no puede quedar vacía”. Madre mía, ya sabes cuánto te amo, por lo cual pídeme lo que desees, que sea cual sea tu demanda, la he de escuchar favorablemente. Y dio esta preciosa razón: “Ya que nada me negaste en la tierra, yo nada te negaré en el cielo”. Como si dijera: Madre, cuando estabas en la tierra nada dejaste de hacer por amor mío; ahora que estoy en el cielo es razón que no deje de realizar nada de lo que tú me pides. María se llama omnipotente del modo en que esto puede decirse de una criatura que no es capaz de un atributo divino. Así, ella es omnipotente porque con sus plegarias obtiene cuanto quiere.


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