PURIFICACIÓN DE LAS ALMAS DE LOS QUE HAN EXTINGUIDO LA VIDA HUMANA QUE GERMINABA EN ELLOS Y HAN MATADO A LOS NIÑOS YA NACIDOS.

 


vision de Santa Hildegarda:

Y vi un fuego intensísimo, que ardía cerca de un pozo de agua cristalina. Algunas almas quemadas por este fuego tenían gusanos ceñidos alrededor de su ombligo, como cinturones. Otras, sin embargo, aspiraron un poco de fuego y luego lo expiraron, como hace un hombre cuando toma aliento y luego de nuevo lo emite.

 Luego, los espíritus malignos arrojaron sobre ellos con violencia piedras incandescentes. Todas estas almas tenían que mirar en el agua del pozo mencionado sus propios tormentos como en un espejo, y por consiguiente sufrían una aflicción todavía mayor. 

Éstas eran las almas de aquellos que, mientras habían estado vivos, habían extinguido la vida humana que germinaba en ellos y habían matado a los niños ya nacidos.

Las almas de las que destruyeron en sí la vida apenas concebida, ardían por esta culpa en el fuego, y llevaban el cinturón de gusanos debido a su acción inhumana. Las almas de los que habían matado a su propia prole, fueron castigadas por su maldad en este

fuego, y debido a aquel despiadado asesinato, inspiraban el fuego y lo vomitaban de nuevo. 

 sufrieron los golpes de las piedras ardientes lanzadas por los espíritus malignos por la dureza de ánimo que demostraron al hacer eso. Además, ya que no se preocuparon de considerar lo que hicieron, vieron reflejado en el agua los tormentos que padecían, no por consuelo, sino para tener mayor sufrimiento.

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