Desde que Santo Domingo estableció esta devoción hasta el año 1460, en que el Beato Alano la restauró por orden del cielo, se la denominó el salterio de Jesús y de la Santísima Virgen. Porque contiene tantas Avemarías como salmos tiene el salterio de David (BenS 19,1) y porque los sencillos e ignorantes que no pueden rezar el salterio davídico sacan de la recitación del Santo Rosario tanto o mayor fruto que el que se consigue con la recitación de los salmos de David:
1.
porque el salterio angélico tiene
un fruto más noble, a saber, el Verbo encarnado, a quien el salterio davídico
solamente predice;
2.
porque así como la realidad supera
a la imagen y el cuerpo a la sombra, del mismo modo el salterio de Santísima
Virgen sobrepasa al de David que solo fue sombra y figura de aquel;
3.
porque la Santísima Trinidad
inventó directamente el salterio de la Santísima Virgen, es decir, el Rosario,
compuesto de Padrenuestros y Avemarías.
El sabio Cartagena refiere al respecto: El sapientísimo J. Bessel de Aquisgrán, en su libro sobre la Corona de Rosas, escrito al Emperador Maximiliano, dice: “No puede afirmarse que la salutación mariana sea una invención reciente. Se extendió con la Iglesia misma. Efectivamente, desde los orígenes de la Iglesia, los fieles más instruidos celebraban las alabanzas divinas con la triple cincuentena de salmos davídicos. Entre los más humildes, que encontraban diversas dificultades en el rezo del oficio divino, surgió una santa emulación... Pensaron, y con razón, que en el celestial elogio –el Rosario– se incluyen todos los secretos divinos de los salmos. Sobre todo, porque los salmos cantaban al que debía venir, mientras que esta fórmula de plegaria se dirige al que ha venido ya. Por eso comenzaron a llamar «Salterio mariano» a las tres series de cincuenta oraciones, anteponiendo a cada decena la oración dominical como habían visto hacer a quienes recitaban los salmos”.
El salterio o Rosario de la Santísima Virgen se compone de tres Rosarios de cinco decenas cada uno, con el fin:
1. de honrar a las tres
personas de la Santísima Trinidad. 2. de honrar la vida, muerte y gloria de
Jesucristo;
3.
de imitar a la iglesia triunfante,
ayudar a laperegrinante y aliviar a la paciente;
4.
de imitar las tres partes del
salterio, la primera de lascuales mira a la vía purgativa; la segunda, a la vía
iluminativa; la tercera, a la vía unitiva.
5.
de colmarnos de gracia durante la
vida, de paz en lahora de la muerte y de gloria en la eternidad.
Comentarios
Publicar un comentario