Jesús le dijo a santa Brígida en una visión;
Algunos no escuchan ni permiten que la caridad entre en su vida; cuando llegue su hora, la falsedad será destruida y la verdad exaltada. Otros, obstinados en su propia justicia, desprecian las obras y palabras de mi Hijo, y aunque se crean fuertes y afortunados, su honor se convertirá en vergüenza. Los paganos, cerrando ojos y oídos, ignoran la justicia de Dios y rechazan la verdad, por lo que ellos y su casa caerán en la tormenta.
Existen quienes, judíos o paganos, desean seguir a mi Hijo, pero aún no saben cómo. Conocen sus obras y promesas, y claman con corazón sincero: lo esperan, quieren entregarse a Él y recibir su gracia. Su puerta está medio abierta, pues su intención por el bien es completa, aunque todavía no han alcanzado la perfección.
Finalmente, los verdaderos amigos de mi Hijo abren totalmente su corazón. Lo reciben con alegría, preparan su interior con virtudes y amor ferviente, y ofrecen no solo sus bienes sino a sí mismos. Sus corazones son morada del Señor, y su caridad nutre a Dios. Mantienen vigilancia constante contra el enemigo y sus vidas se apoyan en cimientos firmes, mientras que los demás serán sacudidos como lodo ante el viento.
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